Herejías | Teología del Reino Ahora

Herejías | Teología del Reino Ahora

¡Conquista! ¡Gobierno! ¡Autoridad! ¡Dominio! ¡Manifestación! ¡Visión de Reino! ¡El reino es aquí y ahora! ¿Suena conocido? Estas son palabras y frases que se oyen habitualmente dentro de las iglesias pertenecientes o asociadas con el movimiento “apostólico y profético.”

“Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis. ¡Y ojalá reinaseis, para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros!”1 CORINTIOSS 4:8, RVR1960

“Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo... sé pues celoso y arrepiéntete” (Apocalipsis 3:14-22).APOCALIPSIS 3:14, 22, RVR1960

Estas promueven la “Teología del dominio” al mando de los apóstoles y profetas modernos. ¿Es realmente bíblica? ¿Qué hay detrás de esta corriente doctrinal la cual muchas iglesias han adoptado?

La Teología del Dominio, conocida también como Reconstruccionismo, “Teología del Reino Ahora”, “El Reino Presente”, “Dominionismo” y “Teología de la Restauración” es un término usado para describir la filosofía de cristianos conservadores políticamente activos (principalmente de la denominada Derecha Cristiana) que, según se cree, buscan ejercer influencia o control sobre el gobierno civil secular a través de la acción política, especialmente en los Estados Unidos y América Latina, y cuyo objetivo es el establecimiento de una nación gobernada por cristianos, o de una nación gobernada por una comprensión cristiana conservadora de la ley bíblica. Argumentan que sólo los cristianos deben controlar el gobierno civil, llevándolo a cabo de acuerdo con la ley bíblica. Fundamentan sus alegatos en una interpretación política de Génesis 1:28 y combinan en su teología elementos teocráticos, neocalvinismo y postmilenarismo.

Los dominionistas afirman como un deber cristiano el tomar el control de una sociedad secular pecadora. [2] Aunque existe diversidad de pensamiento entre las iglesias que sustentan dichas ideas, existen ciertas características compartidas por todas las formas de dominionismo:

  1. Los dominionistas celebran el Nacionalismo Cristiano. En el caso particular de los Estados Unidos creen que dicha nación volverá a ser, tal como lo fue una vez, una nación cristiana. De este modo, niegan las raíces de la democracia estadounidense en la Ilustración. En los demás países (principalmente en los latinoamericanos) se aspira a cristianizar la cultura y la sociedad por medio del poder político, el control de los medios y el poder económico de los cristianos (siendo este el punto de encuentro donde la teología de la prosperidad se une con la teología del dominio).
  2. Los dominionistas promueven la supremacía religiosa del cristianismo, tampoco suelen respetar la igualdad de otras religiones, o incluso otras versiones del cristianismo diferentes a la suya.
  3. Los dominionistas apoyan visiones teocráticas, en la medida en que estas crean que los Diez Mandamientos, o «la ley bíblica» debe ser el fundamento de la ley, y que la Constitución de los países debe ser vista como un mero vehículo para la aplicación de los principios bíblicos[2]

Dicho de otra manera, la Teología de Dominio enseña que la Iglesia debe establecer por cuenta propia el Reino de Dios como un reino literal y físico en esta tierra. Sólo cuando este objetivo sea logrado, Jesús podrá retornar a la tierra. El dominionismo también enseña que los creyentes podemos “encarnar” literalmente a Cristo como su cuerpo para establecer su imperio, tomándose atribuciones que la Escritura describe como pertinentes a Cristo solamente. También creen que el hombre puede y debe ser coaccionado a someterse a los dictados de un nuevo orden mundial antes que Cristo venga, y la Iglesia será ese instrumento de coacción.

Los grupos que adhieren a esta teología son muchos y a pesar de que algunos de ellos dicen no tener nada en común con otros, y de presentar ligeras variantes en sus proposiciones, es posible aproximarse al movimiento general como una unidad ya que los puntos en común son numerosos. Entre los grupos más prominentes tenemos a Latter Rain (Lluvia Tardía), Kansas City Prophets, Restauración, Nueva Reforma Apostólica, el  Movimiento de Renovación Carismática y la Confesión Positiva. Algunos exponentes del dominionismo son: Bill Hamon, Peter Wagner, Ana Méndez, Kenneth Copeland, Benny Hinn, Earl Paulk, Pat Robertson, Larrea Lea, etc. Por supuesto que la sarta de falsos apóstoles y profetas (y hasta salmistas) que sobreabundan en el mundo hispano también se adhieren a la teología: Cash Luna, Rony Chávez, Guillermo Maldonado, etc.

La Teología Del Dominio se basa en 4 columnas doctrinales:

1) Cuando Adán y Eva sucumbieron a la tentación, perdieron dominio sobre la tierra y Satanás tomó control.
2) Dios también perdió el control y desde entonces está buscando “un pueblo del pacto” que sea Su “extensión” o “expresión” en la tierra.
3) La Iglesia (o según algunos, un pequeño grupo llamados “los vencedores”) es el instrumento de Dios para recuperar ese dominio y arrebatarlo de manos de Satanás.
4) Jesús no puede volver hasta que la Iglesia recupere dominio de las estructuras gubernamentales, sociales y económicas de la tierra.

Fundamental en este esperpento teológico es la sumisión a los modernos apóstoles y profetas, quienes con sus milagros y portentos guiarán a la Iglesia hacia la nueva era. Esos milagros y poderes sobrenaturales se harán por medio del Espíritu Santo, quien les otorga todos los dones que los apóstoles tuvieron en el primer siglo. Como toda autoridad en el cielo y en la tierra ha sido dada a Jesucristo y los creyentes somos hoy habitados por el mismo Espíritu que habitó en Jesús, también los creyentes tenemos toda autoridad en el cielo y la tierra, y hasta podemos hablar y, por el poder de nuestras palabras, traer cosas a la existencia y crear el Reino en la tierra antes que Jesús retorne.

Por supuesto que parte del establecimiento del reino por parte de la Iglesia comprende la concentración de los poderes policiales y militares en manos de los que estarán en control durante la era del Reino. Según los creyentes en el dominionismo este será el cumplimiento de Apocalipsis 12:1-5: 

“Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas ….. Y ella dio a luz un hijo varón que regirá con vara de hierro a todas las naciones”.

Esencial y necesaria en esta grotesca teología es “La Restauración del Tabernáculo de David”. Esta frase rebuscada es sinónimo de la culminación de la perfección de la Esposa de Cristo, una iglesia sin arruga ni mancha. Esta Iglesia es la que pondrá a Satanás y todos los enemigos de Dios sometidos bajo sus pies. Esto será el cumplimiento de 1 Corintios 15:25-26:

Porque preciso es que él [Cristo] reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte”.

Puesto que la cabeza es Cristo, los pies son parte de un cuerpo, y ese cuerpo es la Iglesia. Por consiguiente, donde el pasaje dice Cristo, en realidad se refiere a la Iglesia. Es por todo esto que los dominionistas tienen que martillar en la mente del cristiano que, como el cuerpo de Cristo, somos Cristo y tenemos su naturaleza divina.

El dominionismo ha estado con nosotros a lo largo de la historia de la iglesia en diferentes formas y bajo diferentes nombres. Juan Calvino instauró en Ginebra, Suiza, su propia versión del mismo. La teología del Reino Ahora, sin embargo, ha sido rescatada en estos últimos tiempos por el movimiento de la Nueva Reforma Apostólica, una serie de hombres y mujeres que se proclaman profetas y apóstoles, los cuales manipulan a sus seguidores con el fin de extraer dinero de ellos (ya que no podrían tomar control del mundo sin dinero). Su accionar es tan descarado que más bien pareciera que usan la Teología del Dominio con el fin de enriquecerse. Y lejos de ser considerados cristianos y parte integral de la Esposa del Cordero, son más bien tumores dentro del cuerpo de Cristo. Versiones neocalvinistas de la misma son también comunes.

ORÍGENES MODERNOS DE LA TEOLOGÍA DEL DOMINIO

La formulación moderna más importante de la Teología del Dominio es el Reconstruccionismo cristiano, fundado por R. J. Rushdoony en la década de 1970. El precedente de esta teología, también conocida como “Teología del reino ahora”, puede encontrarse además en los restauracionistas y reconstruccionistas de dicho período, entre los que destacó Pat Robertson, fundador de CBN (Christian Broadcasting Network) y el difunto Paul Crouch, fundador de TBN y socio de Enlace TBN para América Latina.

El año de 1986 marcó el inicio de esta corriente con la Coalición por el Avivamiento y a Dennis Peacock como el principal protagonista de este amilenialismo, juntando a diversos sectores de la derecha evangélica norteamericana para preparar el camino para la segunda venida de Cristo. Se propuso instaurar el reino de Dios por medio de la evangelización mundial e influenciar, o dominar, las naciones. Posteriormente Peter Wagner (teólogo, misionero, escritor, docente y fundador de varias organizaciones) conocido como un líder clave del Movimiento de Crecimiento de la Iglesia y más tarde por sus escritos sobre la guerra espiritual) se convirtió en uno de los principales ideólogos de este movimiento, desarrollando la teoría que llegó a conocerse como “las siete montañas” o áreas en las cuales la iglesia debería tomar el control de la sociedad: religión, familia, negocios, arte y entretenimiento, gobierno, educación y medios masivos.

Diversos grupos carismáticos y neopentecostales adoptaron las ideas de Wagner y, desde entonces, han sido los principales promotores, aunque no los únicos, de esta teología de conquista. No sólo quieren ganar almas, sino, así como el islam y el comunismo tomaron naciones enteras, ellos consideran un deber moral del cristianismo, en todas sus facetas, implantarlo en todo el orbe. Para ello deben hacer uso de las “ganancias injustas” de este mundo, con propósitos santos, como lo es el cristianizar el mundo a través de infiltrar los negocios y la política, logrando acuerdos con gobiernos y el apoyo de agencias como la USAID. Ellos creen que los cristianos deben tomar el control de todas las áreas de la vida social sobre los no creyentes o cristianos infieles.

Para los defensores de la teología del dominio, la iglesia evangélica ha vivido dormida en una teología de la derrota, en una espera pasiva de la segunda venida de Cristo, pero necesita pasar a una vida gloriosa, de poder. Para ello, la iglesia evangélica necesita una nueva reforma. Dentro del movimiento neopentecostal y carismático, esto se lograría a través de la NRA. Los líderes de este movimiento aseguran que esta Nueva Reforma Apostólica y Profética (como les gusta llamarle) es mayor a la de Lutero, pues aquella quedó inconclusa mientras que esta pretende restaurar todas las cosas, comenzando con los oficios olvidados (el apostolado y la profecía) y regresando la sociedad al propósito original de Dios en el segundo capítulo del Génesis. Esto significa preparar a la Iglesia para establecer el reino de Dios ahora, adelantando la segunda venida de Cristo.

PELIGROS DE LA TEOLOGÍA DEL DOMINIO

Como ya se mencionó, la Teología del Dominio o del Reino Ahora, está presente en grupos neopentecostales como la Nueva Reforma Apostólica y otros grupos evangélicos, incluso de corte neocalvinista. Este movimiento representa graves peligros para los creyentes de sana doctrina y el evangelicalismo latinoamericano en particular. Entre ellos podemos mencionar:

  1. La creencia de que el propósito principal de la Iglesia es recuperar de Satanás el dominio de la tierra y establecer y edificar un Reino de Dios físico sobre la tierra.
  2. Negación del reinado milenial de Cristo sobre la tierra.
  3. La promoción de un evangelio social y de la justicia social en vez de evangelizar bíblicamente a los perdidos.
  4. La promoción del ecumenismo, a través del cual todas las religiones del mundo pueden trabajar unidas para resolver los problemas mundiales sin tomar en cuenta la doctrina ni la fidelidad a la Palabra.
  5. El compromiso radical de elegir a cristianos para los puestos públicos en una escala global con el fin de establecer un gobierno cristiano o una teocracia para el Reino de Dios en la tierra.
  6. El compromiso con una filosofía comunitaria que busca unir a la Iglesia, al gobierno y a las corporaciones en una asociación de igualdad con el fin de solucionar los problemas del mundo y lograr la paz y la estabilidad mundiales.
  7. La creencia de que la Gran Comisión no es principalmente acerca del evangelismo y discipulado bíblicos, sino acerca del despertar de los cristianos a su necesidad de recuperar el dominio sobre la tierra y establecer el Reino de Dios.
  8. La promoción agresiva de política y legislación públicas con poco o ningún interés en el evangelismo bíblico.
  9. La creencia de que Dios está dando nuevas revelaciones al hombre y que estas revelaciones son iguales a la Palabra de Dios.
  10. La promoción de prácticas espirituales paganas que les permiten a los individuos tener acceso a estas “nuevas” revelaciones de Dios.
  11. La falta de compromiso para estudiar la Biblia en su contexto por medio de la exégesis, sino más bien un compromiso a interpretar la Biblia por medio de opiniones personales, sentimientos, deseos y experiencias; también conocido como eiségesis.
  12. La creencia y aceptación de falsos apóstoles y profetas de la prosperidad.
  13. La descarada hostilidad contra los cristianos que se rehúsan a aceptar sus revelaciones esotéricas, su autoridad autoproclamada y su agenda global.
  14. La descarada y engañosa estrategia de usar términos tradicionales que tienen nuevos significados definidos por los líderes de la teología del dominio.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA ACERCA DE LA TEOLOGÍA DEL DOMINIO?

No nos extraña el surgimiento de la Teología del Dominio en el movimiento evangélico. La palabra del Señor nos la había advertido siglos antes de que ocurriera:

“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.” (2 Timoteo 4:3-4).

El cristianismo moderno parece haber olvidado las palabras dichas por su fundador, el Señor Jesucristo: “Mi reino no es de este mundo.” (Juan 18:36). Un análisis de sus principales enseñanzas nos permite detectar fácilmente sus errores teológicos.

EL REINO DE DIOS:

Los autores de la teología de dominio creen que Dios perdió el control del mundo a manos de Satanás cuando Adán y Eva pecaron. Ellos creen que, desde entonces, Dios ha estado tratando de restablecer el control sobre el mundo mediante la búsqueda de un grupo especial de creyentes, conocido también como “pueblo de pacto”. Que gracias a la sepultura y resurrección de Cristo le devolverá a la tierra todo aquello que fue antes de la caída de Adán y Eva en el pecado. Y que a través de este “pueblo de pacto”, siguiendo a los “apóstoles y profetas de los últimos días” por medio de la “guerra espiritual” y la superación personal de cada cristiano en su campo individual, todos los ámbitos sociales y de la vida, incluyendo las enfermedades y los problemas financieros serán superados. También cosas tales como educación, ciencia, gobierno, leyes, etc., estarán bajo la autoridad de Dios.

La creencia es que, dado que los creyentes son habitados por el mismo Espíritu Santo que mora en Jesús, tenemos toda autoridad en el cielo y en la tierra, tenemos el poder para creer y hablar a las cosas que no son como si fueran, y por lo tanto podemos traer la Era del Reino, o “los cielos a la tierra”, antes de la Segunda venida de Cristo. Ellos creen que los apóstoles y profetas de los últimos días que están vivos en el día de hoy tomarán la iglesia a través de la transición de la dispensación de la gracia a la dispensación del reino, de la dispensación de la iglesia mortal a la iglesia inmortal.

Tomando el concepto bíblico del Reino de Dios los líderes de la “teología del dominio” se han ido a extremos no bíblicos. Esta enseñanza errónea ha generado todo un movimiento de enseñanzas no bíblicas y heréticas. La premisa básica del movimiento de la teología del dominio es que el Reino de Dios está en vigor ahora.

Entendamos el término Reino de Dios:

Primeramente, el Reino fue profetizado en el Antiguo Testamento. Daniel predijo que Dios establecería un reino que nunca sería destruido y que nunca cedería Su soberanía a ningún otro pueblo (Daniel 2:44). También previó la venida de Cristo y Su reino universal y eterno (Daniel 7:13,14; Jeremías 23:5-6).
En segundo lugar, el Reino es descrito como estando cerca y presente en la Persona del Rey. Primero, Juan el Bautista, después, Jesús, y luego los discípulos anunciaron que el reino estaba cerca (Mateo 3:2; 4:17; 10:7). El Rey había venido a presentarse a sí mismo ante la nación de Israel. Jesús dijo: “En cambio, si expulso a los demonios por medio del Espíritu de Dios, eso significa que el reino de Dios ha llegado a ustedes.” (Mateo 12:28, NVI). En otra ocasión dijo: “No van a decir: “¡Mírenlo acá! ¡Mírenlo allá!” Dense cuenta de que el reino de Dios está entre ustedes.” (Lucas 17:21, NVI). Estaba presente porque el Rey había llegado a la escena. Reino de Dios y Reino de los cielos son sinónimos. Estos se utilizan de forma intercambiable en el Nuevo Testamento.
En tercer lugar, el Reino es descrito como estando en una forma provisional. Después de ser rechazado por la nación de Israel, el Rey volvió al cielo. El Reino existe hoy en los corazones de aquellos que reconocen Su condición de rey mientras que Él está ausente. Esta fase provisional del reino queda descrita en las parábolas de Mateo 13.
La cuarta fase del reino es su manifestación. Esta es el reino literal, milenial, de Cristo sobre la tierra. Tuvo su prefiguración en el Monte de la Transfiguración, cuando el Señor fue visto en la gloria de Su reino venidero (Mateo 16:28). Jesús se refirió a este reino cuando dijo: «Os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos» (Mateo 8:11). Este es mencionado en Apocalipsis 20. La quinta y final forma será el reino eterno. Este es descrito en 2 Pedro 1: 11 como «el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo».

APROPIACIÓN INDEBIDA Y FUERA DE CONTEXTO DE LAS PROMESAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO:

Donde los defensores del movimiento yerran llevando a extremos el concepto de Reino de Dios es que ellos creen y enseñan que todas las promesas del Antiguo Testamento, Nuevo Testamento y las descripciones de los versículos referidos a la manifestación del Reino terrenal de Dios (Reino Milenial de Cristo), se aplican directamente a los cristianos de hoy. Es allí donde caen en la herejía al tratar de apropiarse y aplicar todas las promesas y los versos que pertenecen a aquel tiempo distante y aplicarlo a esta época actual dominada por el pecado. Ellos, sin embargo, se creen llamados a expandir el reino de Dios y ejercer dominio y señorío sobre cada territorio y, finalmente, sobre toda la Tierra.

Los “maestros dominionistas” tratan de aplicar los versículos del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento para los cristianos hoy en día de una manera que no se puede hacer a través de sana exégesis de los pasajes. Al igual que la mayoría de los maestros falsos, selectivamente citan de las Escrituras y toman versículos fuera de su contexto para hacer la aplicación que no es compatible en el texto. Por lo tanto, en esa visión del mundo que ellos enseñan, se trastorna el concepto de lo que es la salvación y el evangelio. Ya que estos traerían consigo la curación total y completa de todas las enfermedades y problemas. Y asimismo el “derecho” de “reclamar” y vivir en abundancia y prosperidad material. Uno de los mayores exponentes del movimiento y de esta doctrina es Myles Munroe este es a la vez el mentor de Guillermo Maldonado, Ana Méndez, Cash Luna y otros falsos apóstoles y profetas de la prosperidad.

Las creencias de la “Teología del dominio” se basan en Génesis 1:28, que dice:

“Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.”

Este versículo es tomado por los “dominionistas” como un mandato divino para reclamar el dominio sobre la tierra, física, política y espiritualmente. Sin embargo, esta interpretación está totalmente fuera de contexto. El texto sólo dice que la humanidad en general debe multiplicarse y expandirse sobre la faz de la tierra en lugar de permanecer en un lugar y mantener y cuidar de todos los demás seres vivos. No hubo entidades políticas en Génesis 1.

LA NO SEPARACIÓN ENTRE IGLESIA Y ESTADO:

Entre los principios más controvertidos de la teología del dominio se encuentra la oposición a la separación de la iglesia y el estado. Otras creencias incluyen la idea de que, como somos el Cuerpo de Cristo, somos Cristo. En otras palabras, él está encarnado en la iglesia y nosotros tenemos Su naturaleza divina. Esto es una herejía del peor tipo. Muy similar a la doctrina mormona de la “exaltación” o divinización del ser humano. Lejos de fundamentarse en la Palabra de Dios, se fundamenta en la mentira satánica: “seréis como Dios.” (Génesis 3:5).

REINTERPRETACIÓN ESCATOLÓGICA:

Los defensores de las enseñanzas de la teología del dominio tampoco creen en los juicios que abarcan “la gran tribulación”. Asimismo, reinterpretan la Segunda Venida. Ellos explican al arrebatamiento como una sensación de éxtasis o emoción cuando el Señor regrese para recibir el reino de sus manos. En otras palabras, todo el mundo será “arrebatado” emocionalmente cuando regrese. Y que los juicios de Dios han sido durante toda la historia y no nos espera nada adelante como “juicios venideros”. También, entre sus creencias no bíblicas, está la idea de que todas las profecías sobre el futuro de Israel, tanto en el Antiguo y el Nuevo Testamento en realidad se aplican a la Iglesia.

La Teología del dominio ve la segunda venida de Jesús en dos etapas: primero a través de la carne de los creyentes (y en particular la carne de los apóstoles y los profetas de hoy), y luego en persona para hacerse cargo del reino entregado a Él por su “pueblo de pacto”. Antes de la segunda venida, se debe purgar la tierra de todas las malas influencias. La Teología del Reino Ahora afirma que Jesús no puede volver hasta que todos sus enemigos hayan sido puestos bajo los pies de la Iglesia.

DEL ERROR A LA BLASFEMIA

Aunque hay gente que cree en algunas, pero no todas, las enseñanzas del Reino Ahora. Las creencias señaladas anteriormente tienen un factor común. Todas están fuera de la corriente principal del cristianismo y todas estas niegan la Escritura. Sus ramificaciones no son bíblicas. Este concepto suena muy bonito y muy brillante. Pero lamentablemente es algo que las Escrituras no enseñan. La teología del dominio tiene muchos problemas. Esta toma la base que el mundo irá paulatinamente mejorando con el mundo entero llegando a ser “cristianizado” finalmente; sin embargo, toda la evidencia apunta a lo contrario. Después de esto, Cristo volverá. Esto genera una confusión doctrinal severa, ya que va más allá de un simple punto de vista escatológico para convertirse en una malinterpretación total de lo que las Escrituras enseñan. En el libro de Apocalipsis, es fácil ver que el mundo será un lugar terrible en aquel tiempo futuro. También, en 2 Timoteo 3:1-7, Pablo describe los últimos tiempos como “tiempos peligrosos”.

En primer lugar, la idea de que Dios ha “perdido el control” de todo es absurdo, sobre todo, junto con la idea de que Él tiene a los seres humanos para ayudar a recuperar ese control. Él es el Señor soberano del universo, completa y santo, perfecto en todos sus atributos. Él tiene el control total sobre todas las cosas, pasado, presente y futuro y no pasa nada fuera de su mandato. Todo se desarrolla de acuerdo con Su plan y propósito divino:

“Si lo ha determinado el Señor Todopoderoso, ¿quién podrá impedirlo? Si él ha extendido su mano, ¿quién podrá detenerla?” (Isaías 14:27).

En cuanto a los hombres que tienen el poder de creer y hablar a las cosas que no lo son, como si fueran, este poder pertenece sólo a Dios (Génesis 1:3; Romanos 4:17). Y Dios no ve con buenos ojos a los que intentan usurparse de él:

“Acordaos de esto, y tened vergüenza; volved en vosotros, prevaricadores. Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré.” (Isaías 46:8-11).

Decir que Cristo esta “encarnado”, o sea, hecho carne, en el cuerpo de Cristo, no es sino una falsa creencia. Decir que Él está “encarnado” o “corporizado” en la Iglesia, especialmente a través de los “ungidos” es igual a la doctrina católica romana quién bajo esta pretensión, a través del papa de turno, usurpó el poder político enseñando que ella debía controlar algún día los gobiernos (y lo hizo por más de 17 siglos). En cuanto a nuestro ser con Cristo y la naturaleza divina, no somos Cristo. Es cierto que participamos de su naturaleza divina al ser transformados por la continua presencia del Espíritu Santo en nosotros (2 Pedro 1:4), nuestra meta es parecernos más a Él, pero nunca seremos dioses. Cristo, en cambio, es la segunda Persona de la Deidad, y nadie jamás podrá llegar a ser Dios fuera de la Trinidad. Esto es una mentira del padre de la mentira, Satanás, quien fue el primero que dijo en el Jardín del Edén cuando tentó a Eva con “seréis como Dios” (Génesis 3:5).

La iglesia no ha sido destinada a gobernar la tierra ahora, sin Dios. Si bien el reino literal, milenial de Cristo en su manifestación personal sobre la tierra es considerado como un tiempo de bendición (Isaías 2.1-3; 11.1-9; 30.23-26; Zacarías 14:1, 7-11, 20, 21; Mateo 19:28; Hechos 3:19-21), ninguna de ellas es totalmente para hoy. Como los profetas falsos que en el mundo antiguo hicieron pronósticos fraudulentos sobre un futuro radiante a pesar de la inminencia del juicio de Dios sobre el pecado (Jeremías 6:14; 8:11; 14:13-14; Lamentaciones 2:14; Ezequiel 13:10, 16; Miqueas 3:5), los falsos profetas de hoy hacen lo mismo. De ellos, la Biblia dice:

“Cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.” (1 Tesalonicenses 5:3).

Por otro lado, la idea de que la iglesia ha reemplazado a Israel y que el cumplimiento de las profecías de Israel pertenece a la iglesia es conocida como “Teología del reemplazo”, y es antibíblica. Las promesas hechas a Israel se cumplen en Israel, no en la iglesia. Las bendiciones de Dios para Israel son eternas e irrevocables.

Por último, la segunda venida de Cristo será cuando Él, no a los hombres, derrote a sus enemigos y ponga todas las cosas bajo sus pies. La descripción de la segunda venida en Apocalipsis 19 es la descripción de un poderoso guerrero que viene a poner todas las cosas en orden, no de aquel que va a una tierra que ya está limpia y preparada para Él, para gobernar. El versículo 15 es claro:

“De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.”

Pero si la tierra ya hubiese sido “purgada de todas las malas influencias” por la iglesia, como la teología del dominio cree, ¿Por qué Cristo necesita una espada aguda contra las naciones, y ¿Por qué el enojo y la ira de Dios todavía existen en su contra? Los que defienden esta doctrina, siempre querrán solapar su deseo de poder y dominio con frases muy espirituales; sin embargo, la teología del dominio es solo una más en la larga lista de falsas doctrinas filosóficas, no bíblicas, y engañosas de hombres que tratan de humanizar a Dios y deificar al hombre. Esta debe evitarse.

¿LLAMADOS A REINAR AHORA?

La teología del dominio es una enseñanza destructiva y peligrosa. Cuando Pablo le escribe a la iglesia de Corintio, donde los falsos apóstoles habían ingresado durante su ministerio (2 Corintios 11:13-15) él los exhorta por su egoísmo, autosuficiencia, carnalidad e ingenuidad diciendo:

“Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis. ¡Y ojalá reinaseis, para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros!” (1 Corintios 4:8).

Los corintios creían y actuaban como si ya estuvieran reinando. Esto produjo en los corintios una flaqueza y ceguera espiritual severa por poner su mirada en lo terrenal. ¡Ellos pensaban que debían reinar en el presente y vivir como reyes! Pero Pablo sabía que nosotros debemos enfrentar diversas pruebas ahora para reinar cuando Cristo vuelva (Hechos 14:22). El apóstol se molesta más bien porque ellos habían elegido otro camino que el que él les había enseñado, preocupándose por sus deseos personales mientras él sufría el vituperio de Cristo (1 Corintios 4:9-13). Si ellos hubieran reinado realmente, sería porque Cristo ya habría venido, el milenio ya habría comenzado, por eso Pablo agrega: “Nosotros estaríamos reinando con ustedes”. Pero ello no había ocurrido, como tampoco está ocurriendo hoy y ni ocurrirá por medio de los apóstoles y profetas modernos. Cuando venga el Rey personalmente habrá reino.

Similar a los corintios se muestra la Iglesia de Laodicea. El Señor les reprende:

“Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo... sé pues celoso y arrepiéntete” (Apocalipsis 3:14-22).

La teología del dominio, o del Reino Ahora, tiene todas las características de un falso evangelio. Pablo nos advierte:

Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.” (Filipenses 3:17-20).

Durante el ministerio de nuestro Señor ocurrió algo similar. Juan 6:14 dice:

“Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.”

Ellos entendieron que Jesús era el Mesías profetizado y prometido en Deuteronomio 18:15, de modo que quisieron hacerlo rey. Sin embargo, según nos dice el versículo:

“Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo.”

Ellos tenían en mente un reino terrenal tal como lo tienen hoy los falsos apóstoles, los falsos profetas de la prosperidad y sus seguidores. Nunca pensaron en Jesús más que como el rey terrenal que les daría libertad terrenal y la venganza que querían. No tenían interés en “Venga tu reino, hágase tu voluntad”. Más bien estaban diciendo “Venga nuestro reino, hágase nuestra voluntad.” Pero el Señor Jesús tenía otros planes, el no usaría poder político y militar contra los romanos. Él quería que aquellos lo reconocieran como el salvador del pecado y del juicio. Pero ellos querían obligarlo a que siguiera la agenda terrenal que ellos tenían.

Como aquellos que buscaban a Jesús para hacerlo rey literalmente, cuando aún no era él momento. Hoy en día lo apóstoles y profetas del siglo XXI tienen y presentan “Otro Jesús”. Un Jesús que atrae a las personas egoístas, las cuales quieren satisfacer sus antojos personales, que los haga ricos y renombrados para así “conquistar las naciones.” Esto es una traición al ideal de Cristo y a su Reino. Eso es en donde han caído los propulsores de la doctrina del reino ahora. Ellos no se preocupan realmente por extender el Reino de Dios ni la gloria de su Nombre, sino que simplemente buscan el engrandecimiento de su propio imperio y el cumplimiento de sus propios deseos egoístas. No temamos denunciar tal enseñanza como lo que es: ¡Una herejía!

REFERENCIAS:

[1] Chip Berlet, «Following the Threads,» in Ansell, Amy E. Unraveling the Right: The New Conservatism in American Thought and Politics, pp 24, Westview Press, 1998.

[2] Clarkson, de Frederick. (2005). » The Rise of Dominionism: Remaking America as a Christian Nation «. Revista Public Eye, vol. 19, No. 3.

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Originally posted 2023-02-24 22:42:46.

Alejandro Villegas
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