“Estimados hermanos pentecostales y carismáticos” por Jorge Altieri

“Estimados hermanos pentecostales y carismáticos” por Jorge Altieri

Nota del autor: Queremos dejar claro la diferencia entre pentecostales y carismáticos. Aunque ambos comparten muchos aspectos doctrinales, dogmáticos y prácticas similares, existe una diferencia entre ambos. Cuando hablamos de hermanos carismáticos, no estamos hablando de aquellos que pertenecen al movimiento católico carismático. Estamos hablando de hermanos en la fe que pertenecen a iglesias independientes que no son parte de alguna organización pentecostal, pero que sostienen las mismas creencias doctrinales, dogmáticas y prácticas.

Las expresiones que voy a emitir en este corto artículo no vienen de una persona ajena al movimiento pentecostal y carismático. No es mi intención el crear más división de la que ya actualmente existe en el mundo evangélico moderno. Lo que voy a compartir no es un ataque personal contra ningún líder o iglesia en específico dentro del movimiento pentecostal y carismático. Por casi 20 años milité, trabajé y serví activamente dentro de las filas de varias iglesias pentecostales y carismáticas. A lo largo de todos estos años he cultivado muchas relaciones muy edificantes para mi vida espiritual dentro y fuera de los círculos pentecostales y carismáticos. Tengo muchos recuerdos bonitos que atesoro dentro de mi corazón y tiempos de koinonia que jamás olvidaré. La intención de este artículo es poder despertar la conciencia de muchos líderes y miembros laicos dentro de estos dos movimientos que tanto alcance mundial han obtenido en los últimos 100 años de la historia de la Iglesia.

Los americanos tienen un refrán al cual llaman “the pink elephant in the room”. En español esto significa “el elefante rosado en medio del salón”. Esta expresión es una que se utiliza para dar entender que hay un problema bien grande en medio de nosotros, que estamos ignorando o que no hemos visto del todo. Bajo este concepto, quiero identificar algunos cuatro grandes problemas que yo he podido ver y experimentar dentro de mis dos décadas dentro del movimiento pentecostal y carismático a nivel norteamericano, latinoamericano y centroamericano.

Énfasis desmedido en las emociones

Uno de los problemas fundamentales que existen en estos dos movimientos es el énfasis desmedido en las emociones y sensaciones personales o colectivas. En muchas ocasiones fui partícipe y testigo ocular de momentos de histeria colectiva, donde en una reunión podía haber más de 50 personas corriendo, brincando y hablando en “lenguas” de una manera totalmente desordenada y anti bíblica (en esta ocasión no voy a entrar a debatir posiciones como el continuismo o el cesacionismo de los dones). Una visita por 1 Corintios 14, nos arroja bastante luz y claridad, para poder afirmar categóricamente que la mayoría de las prácticas que se dan en muchos de los servicios pentecostales y carismáticos están en total desobediencia al mandato bíblico inspirado por Dios, por medio del apóstol Pablo en la carta a los corintios. De este pecado, el movimiento, sus líderes y muchos adeptos tienen que arrepentirse y volver al modelo bíblico sano, para que ya no sigan siendo el hazme reír y la vergüenza dentro de muchos círculos cristianos. Aunque en teoría los pentecostales y los carismáticos están conscientes que Dios es un Dios de orden, en la práctica, ellos tiran por la ventana esta verdad y principio bíblico, permitiendo todo tipo de desorden bajo el concepto erróneo de “aquí le damos lugar al Espíritu Santo a que haga lo que Él quiera”. Esta actitud y comportamiento va totalmente en contra del carácter de Dios y la obra del Espíritu Santo.

Analfabetismo Bíblico

En este punto, no quiero ser tan severo como lo fui en el punto anterior, ya que hoy en día existen muchos institutos, seminarios y universidades dentro del movimiento pentecostal y carismático que están trabajando para poder educar mejor a sus líderes y miembros. Pero, la mentalidad que permea en la mayoría de las iglesias pentecostales y carismáticas, es una actitud de rechazo hacia el conocimiento bíblico y a una hermenéutica y exégesis bíblica sana. Existe un espíritu de anti intelectualismo inmenso, dentro de estos círculos. La mayoría de los líderes en estos movimientos prefieren que sus miembros no estudien y confíen ciegamente en lo que ellos les predican y enseñan, ya que para ellos “la letra mata”. De esta forma y bajo esta actitud, son millones los creyentes que han caído bajo todo tipo de enseñanzas, manipulaciones y prácticas llenas de errores doctrinales, tales como: La confesión positiva, maldiciones generacionales, teología de la prosperidad, apostolado moderno, siembras y pactos, encuentros y post encuentros, eecretos y declaraciones, etc. El analfabetismo bíblico es totalmente contrario a lo que encontramos en las Escrituras en relación a la importancia que los creyentes deben tener en su estudio profundo y sistemático de las Escrituras. Creo firmemente que el movimiento pentecostal y carismático debe adoptar la actitud de los Bereanos que encontramos en el libro de los Hechos:

“Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así”. (Hechos 17: 10-11)

Liderazgo abusivo y controlador

En el principio de este artículo, expresé que en las dos décadas que fui parte de este movimiento, tengo muchas anécdotas y recuerdos muy bonitos de mi tiempo y compartir con muchos líderes y hermanos en la fe en estos círculos. Pero, lamentablemente, también fui víctima y testigo ocular de muchos abusos de autoridad y de poder por parte de líderes y pastores. Estoy convencido que este problema, no es uno que solamente ocurre dentro del pentecostalismo y carismatismo. En muchas otras organizaciones y denominaciones existen estos problemas de abuso de autoridad. Una actitud que predomina en estos dos movimientos es la actitud totalitaria de muchos pastores y líderes que sufren del síndrome “El Siervo Ungido”. Bajo este concepto, muchos líderes y pastores oprimen a sus miembros a que obedezcan ciegamente las demandas y exigencias que ellos quieren implementar en sus iglesias. Si algún miembro se les acerca para expresarles algún sentimiento de preocupación por alguna práctica o enseñanza que está contraria a las Escrituras, estos líderes abusivos comienzan una campaña de descrédito y difamación en contra de la persona o personas que se atrevieron a cuestionar al “Ungido de Dios”. Esta actitud es contraria a lo que nosotros podemos encontrar en las Escrituras. Los pastores están para apacentar y cuidar a las ovejas, no para enseñorearse de ellas y mantenerlas en estado de temor y manipulación. El apóstol Pedro fue muy claro en su primera carta en cuanto a cuál debe ser la actitud de los pastores hacia el rebaño:

“Pastoread el rebaño de Dios entre vosotros, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere Dios; no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo; tampoco como teniendo señorío sobre los que os han sido confiados, sino demostrando ser ejemplos del rebaño”. (1 Pedro 5:2,3, LBLA)

Predicación Antropocéntrica

El pastor Sugel Michelén dijo en una ocasión: “la razón principal por la que la iglesia moderna es una iglesia débil, es porque sus púlpitos son débiles”. Esto es una realidad muy fácil de identificar dentro los círculos pentecostales y carismáticos. El púlpito pentecostal y carismático ha sufrido muchas metamorfosis desde sus comienzos a principios del siglo 20. En su mayoría, no en todos los casos, la predicación dominical en una iglesia pentecostal y carismática es una centrada en el hombre, en sus deseos, en sus sueños, metas personales y en su autoestima. El púlpito pentecostal y carismático se ha convertido en la plataforma para un mensaje de auto superación individual, el cual pone todo su énfasis en que sus oyentes salgan de sus reuniones con una actitud de positivismo e idealismo personal. Solo basta escuchar sus programas de radio, televisión, predicas por YouTube y las redes sociales, para uno poder darse cuenta que el énfasis no está puesto en que el creyente crezca en su entendimiento acerca de quién es Dios, Sus atributos, Su carácter y Su voluntad. El énfasis no es en la santificación progresiva del creyente en Cristo, sino en que el creyente salga de sus reuniones sintiéndose bien consigo mismo y con una actitud de conquistar el mundo, sus deseos y placeres.

Esta predicación antropocéntrica ha causado que millones de “creyentes” a nivel mundial crean que el mensaje del Evangelio se trata acerca de ellos y no acerca de Jesús. Un examen detenido por el Nuevo Testamento nos muestra claramente que los apóstoles y los creyentes en el tiempo neo testamentario entendían claramente que el mensaje y la predicación eran el método que Dios había escogido para traer salvación, liberación y transformación a los perdidos. Ellos tenían muy presente que la predicación no estaba diseñada para buscar la aprobación o la simpatía de sus oyentes. La predicación centrada en Dios, en Cristo y Su obra en la cruz, fue, es y seguirá siendo una locura para el perdido. El apóstol Pablo (el cual los predicadores pentecostales y carismáticos mencionan mucho en sus sermones) no era un predicador que buscaba la aceptación o la aprobación de sus oyentes. El apóstol Pablo entendía claramente que el mensaje del Evangelio está centrado única y exclusivamente en Dios, en Cristo y Su perfecta obra en la cruz. En 1 Corintios Pablo nos dice:

“Cuando fui a vosotros, hermanos, proclamándoos el testimonio[a] de Dios, no fui con superioridad de palabra o de sabiduría, pues nada me propuse saber entre vosotros, excepto a Jesucristo, y éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y con temor y mucho temblor. Y ni mi mensaje, ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no descanse en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”. (1 Corintios 2:1-5)

En conclusión, bajo ningún concepto estoy afirmando que dentro de los movimientos pentecostales y carismáticos, no haya verdaderos creyentes, líderes y pastores que realmente son hijos de Dios y ministros fieles. El propósito de este artículo es traer a colación algunos problemas más visibles que yo en mi experiencia dentro de estos movimientos pude experimentar, ver y ser participe en las casi dos décadas que milité en sus filas. Mi deseo es que muchos pastores, líderes y creyentes dentro del movimiento pentecostal y carismático puedan tomar estas observaciones y señalamientos de una manera objetiva y no como un ataque personal, y que puedan tomar medidas para corregir estas deficiencias que tanto daño les están haciendo.

Jorge Altieri
Jorge Altieri, oriundo de Puerto Rico. Es parte del ministerio de Plantación de Iglesias RED 1:8 Church Planting Network y estudiante a tiempo parcial del Southeastern Baptist Theological Seminary. En la actualidad es Pastor/Plantador de la Iglesia Bautista Faro de Gracia en el pueblo de Milford, Delaware. Está casado con Jerica y es padre de dos Hijos.

Originally posted 2021-06-14 12:57:50.

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