1) La primera consideración importante, es que cuando Dios justifica a los que llama eficazmente a la salvación, en dicha justificación están incluidos los pecados pasados presentes y futuros, porque en la cruz fue juzgada la antigua naturaleza con toda su manifestación pecaminosa. La base bíblica para esta importante consideración es inapelable, pues está escrito en Romanos 8;30 , que quien ha sido predestinado, llamado Y JUSTIFICADO, INEXORABLEMENTE SERA GLORIFICADO.
2) La segunda consideración importante, es que, Junto con el acto legal de la justificación definitiva e irrevocable, también Dios nos REGENERA, es decir ESCRIBE SU SANTA LEY en nuestras mentes y en nuestros corazones. Lo cual implica que, a partir de ese momento, el que ha sido salvado, tiene una nueva relación con el pecado, ya no puede pecar impunemente sin experimentar la acuciante necesidad de confesar a Dios su pecado (1 de Juan 3;8-9). Pues de no existir esta lucha interna en el corazón entre la antigua y la nueva naturaleza, el texto declara que el tal es del diablo, porque la ausencia de tal conflicto entre la carne y la nueva naturaleza, sería una clara evidencia de una falsa seguridad, de una fe sin obras, o en otras palabras TAL CONDICION, SERIA EVIDENCIA DE QUE NO EXISTE REGENERACION.
3) La tercera consideración importante, es que quien ha sido salvado, tiene la responsabilidad de vivir en una constante añadidura, de cosas tales como, amor, afecto fraternal, virtud, conocimiento, dominio propio (2 de Pedro 1;5-11). Fallar en esta responsabilidad, conlleva a no poder experimentar la gloriosa bendición de la seguridad de la salvación. Es decir, AUNQUE SU SALVACION ESTA ASEGURADA PORQUE DESCANSA EN LOS MERITOS DE CRISTO, esta negligencia lleva a no poder experimentar el gozo de la salvación.
4) La cuarta consideración importante, es que ser negligentes en guardar nuestra comunión con Dios, conlleva a ser objeto de la disciplina Divina, por cuanto Dios castiga a todo aquel que recibe por hijo, y lo hace por amor para que participemos de su santidad, y dicha disciplina podría llegar al extremo de levantarnos por ser pámpanos infructuosos ( Juan 15;2), es decir padecer la muerte prematura, llevándonos al cielo y privándonos así de la gloriosa oportunidad de obtener una corona, una recompensa, lo cual no es poco, y es algo que debería llevarnos a tomar muy en serio la exhortación de Filipenses 2;12 de ocuparnos en nuestra salvación con temor y temblor. y eso es precisamente lo que les sucedió a ciertos hermanos de la iglesia de Corinto, que fueron castigados con la muerte para no ser condenados con el mundo (1 de Corint 11;30-32).
Soli Deo Gloria.
Por Daniel Nicolas Pastore
Originally posted 2023-04-14 22:53:30.
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