Por desgracia todas las iglesias de Occidente, empezando por la católico-romana y siguiendo por todas las iglesias protestantes históricas: luteranos, episcopales, metodistas, reformados… están infiltradas hasta el tuétano por la ideología woke-marxismo cultural
A través de las iglesias ya infiltradas, el marxismo cultural se ha colado también muy a fondo en el Consejo Mundial de Iglesias donde hay un choque entre ideología woke y cristianos tradicionales.
Estamos viviendo la mayor crisis de identidad del Cristianismo al menos desde hace 600 años. Si a eso le unimos la inmigración islámica lo que puede venirle al Cristianismo, no ya a una u otra iglesia, sino al conjunto, sobre todo en los países occidentales, es una catástrofe similar a la caída de Constantinopla, la invasión musulmana de España y el cisma de Occidente todo a la vez. Y eso sin mencionar la persecución violenta contra los cristianos en China y numerosos países de África y Asia; y la persecución legal en países como Argentina, Canadá, USA o España donde defender ciertas ideas se pena con cárcel o multas millonarias.
En muchos ámbitos laborales, sociales y culturales de Occidente la gente oculta sus creencias religiosas por vergüenza y cada vez más gente vive su vida completamente al margen, no ya de la Iglesia Cristiana, sino de Dios. Nunca antes en la historia humana había habido tanta gente atea o agnóstica. Y este hecho no es natural. El homo sapiens fue religioso desde el principio y hay indicios claros de que el hombre de Neandertal y otras especies de humanos como el homo Naledi tenían creencias religiosas. Los homínidos hemos sido siempre homo religiosus; hacer que los niños se críen sin religión producirá una sociedad marcada fuertemente por la sociopatía y el narcisismo; una sociedad violenta y egoísta, donde no habrá lugar para los débiles de cualquier clase; una sociedad anticristiana en el peor sentido.
El marxismo cultural busca destruir la religiosidad del individuo y la religión en sociedad; su principal enemigo es el Cristianismo, no solo por su importancia numérica y su influencia (hasta mediados del S. XX) en todos los campos: arte, sociedad, cultura, filosofía, medios de comunicación, enseñanza, política… sino porque desde la Ilustración la mayoría de cristianos de Occidente nos hemos vuelto débiles por nuestros complejos ante la ciencia en el falso debate ciencia contra religión. De todos modos no acabarán con el Cristianismo solo con leyes y multas, al menos no en Iberoamérica. Tendrán que recurrir a la violencia como está pasando en Nicaragua o ha pasado en Cuba y tantos otros lugares. Ellos lo saben, el trabajo sucio quizás no tengan que hacerlo las élites o los gobiernos 2030, sino que se lo dejarán a los «lobos solitarios» musulmanes, a las guerrillas islámicas como sucede ya en Nigeria y otros países africanos, en los que el terror islámico es el encargado de reprimir a los cristianos en lugares en los que incluso son mayoría.
No es pesimismo, es la realidad que ya vivimos. Cada uno de nosotros está llamado por Cristo a integrarse activamente en una comunidad o parroquia cristiana de la confesión a la que pertenezcamos (católicos, episcopales, luteranos, evangélicos…) y vivir nuestro cristianismo con valentía y determinación defendiendo nuestra fe con todos los recursos pacíficos individuales o de grupo que podamos usar. Tenemos el deber pero también el derecho. El Cristianismo, el Evangelio es el Camino, y no podemos dejar que nos lo arrebaten. Las generaciones futuras se merecen heredar nuestra fe y vivir la vida digna que la ideología woke les quiere robar.
Rafael S. V. Rivera
(licenciado en Filología Clásica y LIngüística por la U. de Salamanca y en Filología Bíblica por la U. Pontificia de Salamanca)
Originally posted 2022-11-17 15:51:52.
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