Colosenses 2:8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Años antes de conocer al Señor, cayó en mis manos un libro, que cuando lo empecé a leer pensé que había encontrado la panacea de
Colosenses 2:8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.
Años antes de conocer al Señor, cayó en mis manos un libro, que cuando lo empecé a leer pensé que había encontrado la panacea de todos los males, me refiero a PSICOLOGÍA DE LA VOLUNTAD DE JULIO PAYOT, un libro que fue traducido a muchos idiomas. En ese libro básicamente se ofrecía una metodología para cambiar malos hábitos, modificar patrones de conducta, y forjar un carácter saludable, Payot hablaba de la herencia atávica que todos arrastramos de nuestro “ancestros” ( obviamente Payot creía en la teoría evolucionista), él ponía un ejemplo que a mí en su momento me cautivo, me refiero al fenómeno que se da al revolver en una solución compuesta de distintos cristales, en donde los cristales que son del mismo tipo se aglutinan en el removedor, el con esto pretendía ilustrar como se forman potencias anímicas capaces de revertir conductas destructivas al utilizar ciertas técnicas, para así formar UNA IDEA FUERZA .
Francamente todo esto en su momento me sonó fascinante, CLARO ESTA PARA JULIO PAYOT NO EXISTÍA TAL COSA COMO TOTAL DEPRAVACIÓN HUMANA, Y MUCHO MENOS EXISTÍA PARA EL, LA NECESIDAD DE LA REGENERACIÓN O NUEVO NACIMIENTO.
Agradezco a Dios el haberme permitido conocer estas cosas para poder comprobar cuan inútiles son para revertir el estado caído y depravado del ser humano.
SUBLIME GRACIA QUE A MI PECADOR SALVO , SU GRACIA RENOVÓ TODO MI SER, RENOVÓ MI VOLUNTAD PARA QUE LE PUEDA OBEDECER, RENOVÓ MI INTELECTO PARA QUE LE PUEDA CONOCER Y ENTENDER SU PALABRA Y RENOVÓ MI PARTE AFECTIVA PARA QUE LE PUEDA AMAR.
Tit 3:3 Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.
Tit 3:4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,
Tit 3:5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,
Solo a Dios sea la gloria.