Caesar M Arevalo : Es sabido que Sam Allberry está bastante ocupado corriendo con Ravi Zacharias haciendo todo lo posible para convencer a la iglesia evangélica y demas sectas de que necesitan afirmar a los homosexuales célibes. Por supuesto, el término empleado es Atracción por el Mismo Sexo. Él sabe que a los evangélicos les será difícil tragar la palabra estigmatizada “homosexual”. Y, por lo tanto, usa una que está muy diluída en un intento por cambiar la mentalidad de las generaciones mayores. Allberry ha incluido en sus esfuerzos un intento de legitimar la categoría de “disforia de género.” Y de nuevo, el objetivo es proporcionar un grado de afirmación, es decir de aceptación como “normal” las inclinaciones homosexuales. Aparentemente está bien ser un hombre y tener deseos sexuales por otros hombres en general.

Esto contradice lo que Pablo enseña, el deseo sexual de alguien del mismo sexo se clasifica como un deseo deshonroso y el acto sexual en sí se clasifica como contra la naturaleza. El deseo de actuar de una manera que es una violación de la naturaleza en sí no puede ser moralmente neutral. Ahora, cuando leemos en 1 Cor. 7: 9, donde Paul dice que si una persona no tiene la capacidad de controlar sus deseos sexuales, debe casarse. Alberry enseña lo contrario, pues él dice que se debe enseñarles a las personas que deben vivir en un estado de deseo sexual insatisfecho lo cual es ir en contra de los escritos sagrados y de inspiración divina de Pablo. Parece que Allberry está en clara contradicción con Romanos 1 y 1 Cor. 7. Cuando agregamos a esto las inquietantes observaciones de Allberry sobre temas de género, el problema empeora. Debemos de conocer lo que Alberry entiende en cuanto a todo este tema, pues sus escritos en realidad muestran que su posicion es suficientemente mala como para merecer una atención seria.

“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.

Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.

Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican”.