LA CELEBRACIÓN DE LOS PERDEDORES: Dr. David Hormachea

La verdad es que no muchas veces los perdedores celebran, pero cuando los que frente al mundo perdieron su libertad, una casa, una novia, una relación matrimonial por despedir a un esposo adultero, un trabajo, y todo por mantener sus principios bíblicos, los que frente al mundo perdimos, si debemos celebrar. Siempre existirán ganadores y

La verdad es que no muchas veces los perdedores celebran, pero cuando los que frente al mundo perdieron su libertad, una casa, una novia, una relación matrimonial por despedir a un esposo adultero, un trabajo, y todo por mantener sus principios bíblicos, los que frente al mundo perdimos, si debemos celebrar.
Siempre existirán ganadores y perdedores, la única diferencia que existe es quien el juez que determina y las reglas que han sido elegidas para saber quien ganó o perdió.
Permítame contarle algunas historias de pérdidas y ganancias:
Aconsejé a Marta para que decida denunciar a su marido. Este era irresponsable, adúltero, vividor y violento y también, el socio de Marta en la exitosa empresa familiar que con gran esfuerzo habían desarrollado. Aprovechándose de la corrupción del sistema, el marido compró al juez, y Marta perdió su caso. En ese país, en esas circunstancias, de acuerdo a ese juez corrupto y bajo esas reglas, el ganador fue quien obtuvo lo que había deseado, pese a los principios que había quebrantado. La perdedora era quien decidió someterse a Dios, sus principios y sus mandamientos. Marta es una fiel hija de Dios, salvada por la gracia soberana y debido a esta dolorosa experiencia, tuvo que comenzar de nuevo. Ella no solo aprendió a vivir basada en valores y principios, sino que aprendió a disfrutar la paz que gozan quienes siguen sus convicciones aunque a los ojos del mundo sin Dios, algunas veces pierdan. Ante las reglas de este mundo y ante jueces que juzgan basados en sus ideas y sentimientos, Marta perdió, pero ante su Dios que demanda que vivamos por convicciones, Marta ganó. Esta mujer realmente practicó su fe al determinar sus acciones basada en convicciones.
Mateo tenia 17 años cuando me escribió para contarme su historia. Un fiel seguidor de las enseñanzas bíblicas que comparto. Había hecho su compromiso de mantenerse virgen hasta el matrimonio cuando estaba por cumplir 15 años. Había vivido dos años de gran sufrimiento.
Antes de que cumpla los 15 años visite su ciudad y compartí principios bíblicos con los jóvenes y allí tomó la importante decisión de someterse a Dios y su palabra pese a los costos que esto tendría.
Su padre tenia una terrible agenda en su mente. Atacaba todo lo que olía a cristianismo y luchaba para que su esposa e hijos abandonen su fe. En cierta medida había tenido éxito dos años atrás cuando su hermana Liliana cumplió 15 años. Siendo cristiana, ella aceptó que su padre “eche la casa por la ventana” e hizo una fiesta con baile, y según ella, “trago solo para los no cristianos”, pero para su madre, y aun para Liliana, todo resultó en una experiencia dolorosa. El padre no cristiano había logrado su propósito. Logró que su hija cristiana se sometiera a sus convicciones mundanas solo para lograr la celebración que ella tanto anhelaba. Ante los ojos del mundo, El padre no cristiano y la hija cristiana se unieron y ganaron. La madre cristiana que sufrió por las borracheras, quedó destrozada, y ante todos perdió. Pero todo depende del carácter de quien juzga. Ante los ojos del Rey, del Juez justo que no solo juzga si asistimos al templo y leemos la Biblia, sino, juzga seriamente si la practicamos, Liliana perdió, y fue su madre quien ganó.
La experiencia familiar tendría otro serio incidente. Después de escuchar mi conferencia “SI quieres ser un gigante cristiano, no te dejes amarrar por los enanos mundanos” Mateo, el hermano menor de Liliana, aprendió a vivir basado en principios. El determinó que no se uniría nunca a su padre, quien vivía en permanente batalla contra su madre. La molestaba por ser cristiana, por años no le permitía ir a la iglesia hasta que Carmen, la madre de Mateo, escuchó mi conferencia, “Que tu Señor sea tu Señor, no tu señor” y aprendió que nadie, ni su marido, tenia derecho legal y moral para impedirle elegir el libre ejercicio de su religión. Pero su esposo nunca dejó de buscar formas de causar dolor a Carmen. Como no podía con ella, siempre buscaba influenciar a sus hijos para que se aparten de los principios cristianos que la madre enseñaba. Les compraba películas que la madre no quería que vean, y hacia mil cosas para lograr que sus hijos prefirieran los valores que el tenia, y no los valores cristianos que la madre compartía. Después de lograr que su hija acepte la fiesta al estilo mundano, su siguiente estrategia fue influenciar a su hijo para que rompa sus principios y quiso obligarlo a visitar un prostíbulo para que “se haga hombre.” Mateo se negó basado en los principios bíblicos que aprendió. Allí comenzó su terrible calvario. No le celebró los 16 ni los 17 años. No le dio siquiera un regalo. Con groserías regularmente le decía que era “un gay evangélico.” Lo golpeó tres veces y lo humillaba constantemente. Carmen, Liliana y Mateo perdieron. Se impuso el terror y el maltrato, pero a la cuarta vez que quiso golpearlo, Carmen y sus hijos me llamaron. Siguieron mi consejo, lo denunciamos, lo sacamos de la casa. Carmen, Liliana y Mateo, perdieron todo apoyo económico pues su padre debido a su estatus de ilegal en los Estados Unidos, huyó sin dejar rastro y nunca mas recibieron un centavo de apoyo económico. Por un par de años vivieron una seria crisis económica. Ante los ojos de ese padre sin principios bíblicos, ellos perdieron, ante los ojos del Juez justo, ellos ganaron. Incluso después de un tiempo, recibieron la bendición divina de arreglar su estatus migratorio por ser victimas de violencia domestica.
Una historia mas entre miles que he escuchado y que pueden ayudarle a entender quien gana y quien pierde, no ante el electorado, no ante los jueces, no ante las ideas de este mundo, sino ante el Juez justo y severo que no solo nos manda a transformar nuestra forma de cantar y la forma de orar, sino que exige un cambio de convicciones integral. Mónica es una belleza de mujer, vestida con pobres vestidos. Criada en un hogar pobre de mi país. En una de mis visitas a iglesias pequeñas en barrios marginales, me contó su extraordinaria historia. Ella y su novio estaban profundamente enamorados. “Nunca había sentido lo que logre experimentar” me decía Mónica. Al escuchar mi serie NOVIAZGO CON PROPÓSITO, en radio Armonía Chile, se dio cuenta que estaba cometiendo un serio error. Su novio no era cristiano. Batalló con ese pensamiento por meses, se dio cuenta que estaba realizando una elección errónea. Además, poco a poco notaba como su novio realizaba avances sexuales. Ella no sabia como responder pues era ella quien había caído en esos encuentros de besos y caricias sexuales lentamente. Un día, sentados en el asiento de atrás del automóvil de su novio, tuvo que luchar una dura batalla para evitar aun ser obligada a tener relaciones sexuales. Mientras escuchaba su relato me dijo: “Pastor, ese día, cuando el me pedía que le de la prueba de amor, finalmente se la di.” Ella notó que mi rostro cambió y tan pronto pudo, me dio un abrazo y me dijo: “Se la di, pero no como el mundo la da, sino como usted me enseñó.” Con una sonrisa le pregunté “¿Yo te enseñe? Mónica me respondió con una de esas sonrisas que nunca podré olvidar: “Si, usted me enseñó a dar la prueba de amor como Dios ordena en su conferencia ‘Si amas, da la prueba de amor.’ Luego agregó: “Pastor, eso fue lo que hice. Le dije que lo amaba tanto a el, tanto a sus padres, tanto a mi Dios, tanto a mis padres y tanto a mis lideres, que le daba la prueba de amor y que por mi amor por Dios terminaba mi noviazgo con un no cristiano que quería usarme sexualmente.” Mónica se mantuvo virgen, eligió sus principios bíblicos y perdió su relación. Primera vez que tenia un novio con dinero. Le había prometido matrimonio aunque eran de muy diferentes clases sociales. Mónica perdió. Fue maltratada por su novio, perdió la oportunidad de mejorar su situación económica y ante los ojos del mundo, ella fue quien perdió. Ante los ojos del Juez, el que juzga si nuestras acciones y determinaciones son basadas en su Palabra y en sabias convicciones, Mónica es una extraordinaria ganadora.
Estos ejemplos maravillosos me confirmaron una vez mas que en el mundo existen perdedores y ganadores, solo depende de que ganamos y perdemos. Cuando ante el mundo ganamos rompiendo nuestros principios bíblicos, delante de Dios perdemos y cuando delante de Dios ganamos por defender la moralidad bíblica, ante el mundo somos anticuados, arcaicos, aun locos y perdedores.
Yo también perdí al llegar a un nuevo país. Sali 1n 1973 a los 22 años y mientras vivía en Chile nunca me pasó por la mente darle dinero a un policía para evitar una infracción. Al llegar a otro país los mismos policías sugerían hacerlo. Debido a mis principios me negué hacerlo y termine en prisión por unas cuantas horas. Por negarme a darle dinero fui acusado de una infracción que no cometí y tuve que pagar una multa por algo que no hice. Ante los jueces, ante la policía, ante la gente, yo perdí, ante mi Juez justo, yo gane.
Ante la pregunta ¿Quién gana y pierde en una elección? La respuesta es, depende del juez que juzgue. En la mentalidad mundanal gana el que recibe mas votos y que tiene el camino abierto para cumplir con su agenda por pecadora que sea. En la vida cristiana, solo gana el que vive su fe y sus principios, aunque frente al mundo pierda.
Después de las elecciones siempre existen celebraciones. En el mundo celebran los que ganan porque se cumplieron sus elecciones, sentimientos, gustos y pasiones. En la vida cristiana solo pueden celebrar los que ignoran sus emociones, rechazan sus pensamientos, repudian sus pasiones, cuando están en contra de los mandamientos divinos, la Palabra de Dios y las sabias convicciones.
Hoy en Chile pueden celebrar quienes querían que se inicie el camino para lograr el matrimonio entre homosexuales, los que usan y aman la disponibilidad de la píldora del día después, los que buscan que se inicien los caminos para la aprobación del aborto. Pueden celebrar los cristianos que aceptaron y apoyaron la moralidad de Michelle Bachelet y su plan de gobierno que establece:
“derechos sexuales y reproductivos” que incluye la “despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en caso de peligro de la vida de la madre, violación o inviabilidad del feto”. Quienes votaron por ese plan, junto al mundo pueden celebrar. Quienes votaron por ese plan de gobierno ya pueden celebrar “una Nueva Agenda de Género basada en los derechos, igualdad y autonomía de las mujeres, impulsada por una institucionalidad renovada y de mayor rango”. Pueden celebrar quienes apoyaron ese plan de gobierno que incluye “un debate abierto, con participación amplia para la elaboración y posterior envío de un proyecto de ley en esta materia”. (Matrimonio homosexual)
Según la mentalidad de mundo, perdieron y no celebran los que votaron por Evelyn Mathei y con su voto apoyaron esta agenda: «El matrimonio es entre un hombre y una mujer y la vida se cuida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. No al aborto, no a la eutanasia»
De acuerdo a los estándares de la moralidad atea, agnóstica, anti Dios, moralmente liberal, los que votaron por quien no solo no cree en Dios, sino que no cree que existan valores absolutos ni moralidad divina, ganaron. Si voto de acuerdo a los principios de santidad de la vida, si voto para apoyar el matrimonio entre un hombre y una mujer, de acuerdo a la moralidad bíblica, de acuerdo al mundo y los que votaron por quienes tienen un plan contrario a los principios bíblicos, usted perdió. De acuerdo a la moralidad de este mundo y a los conceptos de éxito de los religiosos o que no creen en Dios, Chile ganó. Hoy pueden celebrar los homosexuales que desean casarse, los que creen que existe un tercer sexo. Pueden celebrar los que creen en el aborto, los que creen en la píldora del día después, los que creen que debe existir una educación sexual laica y moralmente liberal y pueden celebrar los católicos y evangélicos que votaron por emociones, basados en convicciones liberales. Puede celebrar quienes junto con ellos, los que siguen teniendo las ideas de la filosofía comunista, atea, ideas obtenidas antes de ser cristianos y que por falta de conocimiento bíblico, aun las mantienen. Pueden celebrar los evangélicos que luchan por tener igualdad de cultos, aunque para lograr su conquista, tengan que votar a por programas completos que apoyan la inmoralidad. Pueden celebrar los que espiritualizan la vida y creen que debido a que Dios pone y saca reyes, nosotros debemos convertirnos en simples observadores e ignorar nuestra responsabilidad de ser sal y luz. Pueden celebrar los que creen que porque Dios está en control, nosotros debemos ignorar la responsabilidad de no apoyar a los que atacan la moralidad bíblica y quieren eliminarla. Pueden celebrar los católicos y evangélicos para quienes los beneficios económicas o sus conquistas sociales o religiosas, son mas importantes que los valores morales. Todos ellos pueden celebrar porque el sistema de este mundo, porque la mentalidad de este mundo, porque las conquistas pecaminosas de este mundo, los declararon vencedores.
Nosotros, los que amamos la moralidad, los que tenemos un compromiso de vivir basados en valores, los que cuando votamos, votamos nuestras convicciones y no nuestros gustos o intereses, frente al juicio de quien nos salvó para que vivamos la salvación, hemos ganado. Ganamos y podemos celebrar delante del Gran Juez, del Señor de señores, todos los cristianos que tomamos determinaciones de alta moralidad basados en convicciones, aunque por ello, perdamos amistades, puestos de trabajos, amigos, novios, padres, esposos, elecciones y aun la vida. Ganó Marta, ganó Mateo, ganó Mónica, ganó usted, gané yo, en el presente y ganó Marcus en el pasado porque cayó destrozado por los leones del circo romano, solo por vivir sus vidas basados en los principios cristianos y las convicciones y no en sus gustos, pensamientos, ideas, filosofías políticas, intereses económicos y sus pasiones.

¿Cual debe ser nuestra actitud y nuestro comportamiento ahora?

1. No se convierta en fatalista acomodado. No forme una agrupación política de resentidos, formemos discípulos con cosmovisión cristiana. Cosmovisión es la manera de ver e interpretar el mundo. Nuestra manera de ver toda la vida y todas nuestras acciones debe ser la visión de Cristo expresada en las Escrituras y que se entienden mediante una adecuada interpretación de ella.
Tiene una mezcla de cosmovisiones quien sigue su capitalismo o sigue su humanismo o su comunismo e intenta mezclarlo con el cristianismo. Dios no admite alianzas divididas. Nuestro deber es vivir nuestra fe en toda nuestra vida, incluyendo la vida política y enseñar a nuestros hijos a vivirla. No es nuestro deber acomodarnos y cruzarnos de brazos esperando que vengan mas leyes y que mas cristianos sigan quedándose en la inmadurez. Debemos formar la mente de nuestros hijos con valores bíblicos que les permitan tener cosmovisión cristiana. Que aprendan a cantar canciones cristianas y también, aprendan a tener una filosofía de pensamiento basada en principios cristianos. Debemos formar a nuestros hijos para que sean cristianos en toda su manera de pensar y de vivir y no cristianos y moralmente liberales, o una mezcla de cristianos y comunistas, de cristianos y mundanos.
Lo que ahora debemos hacer es formar la mente de nuestros hijos para que no tengan alianza divididas. No tengan alianza con la música de su congregación, pero también con novias no cristianas, para que no tenga una división y mediante una parte de su sistema de pensamiento, apoyar a grupos cristianos que son parte de la universidad y también en sus protestas, apoyar a los estudiantes que actúan con violencia, destruyen la propiedad privada, atacan a los policías que nos cumplen su función de conservar el orden y con sus acciones no cristianas, crean el caos social. Debemos formar a nuestros hijos y formar lideres para que si creen que deben condenar a las mujeres que usan maquillaje, tampoco apoyen a candidatos que apoyan el aborto.
Debemos formar personas que practiquen un cristianismo devocional y una fe practica. Que creen en la soberanía de Dios y la responsabilidad humana basada en principios divinos. Para que no elijan la errónea actitud que proclama que “el mundo irá de mal en peor” por lo tanto, no debemos hacer nada. Para que lideres y jóvenes con cosmovisión cristiana, no se acomoden diciendo “esto ha sido profetizado” y eso se cumplirá. Personas que comprendan que también fue profetizado que “el que se casa tendrá aflicción de la carne” pero que no debemos constituirnos en aquellos que produce esa aflicción. También ha sido profetizado que en los últimos tiempos “habrá hombres amadores de si mismo”, pero que usted no sea uno de ellos, y tampoco los apoye. También ha sido profetizado que habrá hombre y mujeres “sin afecto natural”, pero que usted no sea uno de ellos y tampoco apoye a los que por no tener el mínimo afecto natural “abortan a sus bebes” solo porque no han nacido. También ha sido profetizado que habrá personas “amadoras de los deleites, mas que de Dios”, pero usted no sea una de ellas, ni se acomode porque ellas existen y quieren crear leyes que benefician el seguir pasiones y castigan el tener convicciones.
Los fatalistas creen que todo está determinado y por ello no debemos hacer nada. Los que creen en la teología de la liberación creen que debemos practicar el evangelio social, pero la Biblia nos enseña que debemos vivir el evangelio y por vivir la verdad vamos a actuar basados en ella y seremos una bendición en la sociedad. Hoy mas que nunca, ya que inicié, propicié e incentivé esta gran discusión a nivel de país y que permitió que salgan a relucir las convicciones de las personas y la forma como toman sus decisiones, hoy mas que nunca debemos iniciar una seria evaluación. Debemos tener formas de unirnos los que vivimos y tomamos decisiones basados en principios, y los que desean aprender a vivir basados en convicciones. Debemos formar un frente común de personas no acomodadas, no fatalistas, no emocionales, para que salgamos de la comodidad, para que despertemos esta mayoría silenciosa y acomodada que no influencia la vida de una nación por su silencio o temor. Solo piense en esto: Mas del 50% de los guatemaltecos dicen ser cristianos, mas del 20% de los chilenos dice ser cristianos, y seguramente mas del 78% de los chilenos dice ser católico, pero no se ve la influencia en los valores morales en la sociedad.
Si todos los evangélicos y católicos que odian el aborto, que creen que existen solo dos sexos, que creen que en la abstinencia hasta el matrimonio, que rechazan la eutanasia, hubieran tenido unidad de principios, nunca hubieran votado a favor de quienes tienen programas de gobierno para llevar a cabo todo lo que nosotros bíblicamente rechazamos, nunca elegirían a un ateo. Una cosa es practicar el aborto y la homosexualidad, otra cosa es rechazar la idea, pero apoyar su legalización mediante el apoyo a los que tienen un programa de gobierno para apoyar el matrimonio homosexual. Pero otra cosa muy distinta es no ser parte ni de la idea, ni de la indiferencia, ni del apoyo a quienes usaran todo su poder para imponer su sistema de pensamiento. Es cierto que en el mundo ira incrementando el pecado, pero cometen un serio error los cristianos que votan a favor de aquellos que quieren incrementarlo, solo por obtener otras conquistas secundarias. Es cierto que el mundo ira de mal en peor y de pecado, en pecado, pero otra cosa muy distinta es que los cristianos, pudiendo utilizar los medios democráticos para impedirlo, no lo hagan, y aun peor, voten para que gobiernen para que los que con sus programas de gobierno planifican legislar en contra de los principios que amamos.
No tenemos necesidad de formar organizaciones políticas sino vivir nuestra fe porque somos nuevas criaturas. (2 Co. 5:17). En consecuencia, éste nuevo hombre en Cristo afectará todo su mundo, sus relaciones, la cultura y la sociedad influenciándola con sus valores éticos y morales.
El nuevo hombre se transforma en un mejor trabajador o estudiante, mejor esposa y esposo, padre, madre, mejor hijo, mejor político, mejor y desarrolla el mejor y más limpio vecindario y por qué no, se transforma en el mejor dueño de empresa, mejor empleado y obrero y mejor comerciante.
Nuestro deber no es predicar el evangelio y tratar de cambiar la sociedad. No podemos hacerlo, pero si podemos predicar y vivir el evangelio y apoyar todo lo que este de acuerdo a nuestra moralidad y rechazar, no apoyar, no votar a favor de todo lo que atente contra la Biblia y su moralidad. La Biblia no prohíbe al cristiano participar en política o actividades sociales en forma individual, pero tampoco creo que Dios le ordenó a la iglesia irrespetar la autoridad sino someterse a ella con sabiduría. Y por supuesto, tampoco creo que Dios nos motiva a apoyar a los políticos inmorales o los que apoyan y tienen programas de gobierno para establecer lo que la Biblia identifica como inmoralidad.
La iglesia primitiva vivió bajo un gobierno mucho más opresivo que muchos gobiernos modernos, y voluntariamente se sometió́ a Roma, y nunca, nunca, intentó formar un movimiento político para cambiar las leyes romanas. También Jesucristo determinó someterse a las leyes existentes y cumplirlas mientras no iban en contra de sus principios. Una de las leyes existentes en su época era pagar sus impuestos y lo hizo. Una de las ordenes recibidas por los apóstoles fue “no predicar del Nombre” y ellos no se sometieron y siguieron predicando. Una de las leyes existentes hoy es la participación democrática de los creyentes y la posibilidad de que en una democracia los creyentes unidos hagan prevalecer su moralidad en la vida publica, y debemos participar y evitar apoyar todo lo que vaya contra nuestra moralidad.
Los problemas que enfrenta Latinoamérica hoy no son primariamente políticos, culturales, o económicos. Sí, estos son los más visibles, pero los problemas, en su raíz, son teológicos y espirituales. Es por el hecho de que nuestra gente está separada de un Dios Santo y no posee un conocimiento de El y sus caminos, que no sabemos confrontar las crisis políticas y económicas. La injusticia social no es producto de una mala política, ese es el camino, la razón es el mal corazón del ser humano El apóstol Pablo, cuando escribió́ a los corintios y los romanos no trató de cambiar la situación social, no predicó la redistribución de las riquezas. No hizo esfuerzos para abolir la esclavitud ni derrocar la dictadura romana, pero si enseñó a todos los cristianos a vivir su fe en forma integral. Enseñó a los amos a ser justos, a los esclavos a servir a Dios en sus trabajos y no “al ojo”, y les orientó para que actúen actuen con sabiduría aun con amos injustos. Por otra parte, tampoco propuso una campaña moral para cerrar los templos paganos donde se practicaba la prostitución ritualística, la razón es sencilla, si lo hubiera hecho hubiera sido parte de la sedición, y su fin era la muerte, pero si ordenó respetar las autoridades y mostró su sometimiento a las leyes, e hizo lo que las leyes le permitían para defender los principios del evangelio. A diferencia de nosotros, Pablo no vivía en una democracia que le abría el camino para dentro de la ley luchar por la moral bíblica, pero predicó libremente el evangelio porque eso le permitía la ley. Esa es nuestra obligación hoy. Ir contra lo que nos impida predicar y vivir el evangelio y utilizar lo que la ley nos permita para mantener la moralidad bíblica.

2. No se convierta en un profeta de mal agüero. No proclame profecías de lo que vendrá sobre nuestro amado país, a menos que tenga la seguridad que proviene de Dios, que tiene apoyo bíblico para lo que va a decir y recordando que si no se cumple su profecía es un profeta mentiroso que no tiene que ser escuchado y que en el antiguo testamente era apedreado. Solo Dios sabe lo que El hará, y basados en principios bíblicos si podemos decir que Dios siempre disciplinará el pecado personal y nacional, pero nosotros no somos los encargados de decir cuando y como El lo hará. Ni siquiera después de ocurrido eventos trágicos podemos decir que estos fueron la consecuencia de un castigo divino, y mucho menos, antes de que estos ocurran. Por supuesto que sí debemos creer, basados en principios, que Dios disciplina el mal, que el mundo ira de mal en peor, que Dios permite y provoca juicios, pero ninguno de nosotros tiene la habilidad de determinar exactamente que es producto de un desastre natural permitido por Dios, que es producto de su disciplina o que, como la cirrosis hepática de un alcohólico, o la diabetes, son consecuencias naturales de la mala mayordomía personal, o situación hereditarias debido a herencias familiares.

3. No elija una actitud anti-bíblica. Nunca ataque, no insulte, no maltrate, ni a los no cristianos, peor entre los cristianos. Dos males nunca hacen un bien. Nuestro amor y nuestro cristianismo, nuestra alta moralidad y nuestro respeto debe mostrarse con mayor razón cuando enfrentamos conflictos, cuando tenemos diferencias, cuando existen posiciones divergentes en asuntos que no son esenciales o que son fundamentales.
No ataque a nadie porque no piensa como usted. No busque forma de desacreditar a una persona, solo porque usted no está de acuerdo con las opiniones que da o los principios que tiene. Debemos entender que existen serias diferencias doctrinales y siempre existirán, pero nadie tiene el derecho de atacar. Debemos comprender que existimos cristianos que hemos madurado mas, que sabemos que todo es licito, pero no todo conviene y otros que creen que todo conviene y así demuestran su inmadurez. Debemos entender que siempre han existido y existirán niños espirituales, inmaduros que eligen novia, amigos, trabajos, presidentes, basados en sus gustos y emociones, o en sus sentimientos, filosofías de pensamientos y pasiones, y que no entienden la revelación bíblica ni actúan en base a convicciones serias y producto de adecuadas interpretaciones. Recuerde que no es maduro quien ataca, no es maduro quien solo opina pero no es capaz de establecer convicciones basado en correctas interpretaciones, y que es maduro quien tiene convicciones bíblicas bien estudiadas, las vive regularmente, las defiende apasionada y bíblicamente y respeta a todas las personas amorosamente.

3. No utilice los textos fuera de su contexto. Tampoco se vaya al otro extremo de decir que ahora vienen todas las plagas sobre nuestro país. Tampoco se vaya al extremo de decir, “si mi pueblo se humillare” Dios perdonará los pecados de Chile y sanará su tierra. Por supuesto que si usted se humilla, por ser hijo de Dios y se arrepiente, Dios le perdona y puede evitarle duras consecuencias si El decide hacerlo, y se Dios se lo anuncia a usted porque usted es parte del pueblo, tal como se lo anunció específicamente a su pueblo. A ellos le dijo que si se humillaban, sanaría su tierra, pero eso no le dice a toda nación. El no dijo a los Judíos que si ellos, el pueblo de Dios se humillaba, El sanaría la tierra de los Asirios o Heteos o Jebuseos o los Egipcios. El le dijo a su pueblo, que si su pueblo se humillaba, sanaría la tierra de su pueblo, no de los paganos. Tampoco Dios dice que si los cristianos se arrepienten, El sanará la tierra de los no cristianos aunque vivan y obren como paganos. Dios no está diciendo a Chile o Venezuela o cualquier otro país, que si se humillan, Dios sanará su tierra. Nuestros países no son el pueblo de Dios. En nuestros países hay pueblo de Dios y si ese pueblo se arrepiente de vivir bajo sus pasiones y elige las convicciones, y cambia de estilo vida, Dios los perdona y los bendice, pero no porque se humille el pueblo de Dios que pertenece a un país, que es parte de un país, Dios va a evitar la disciplina por los pecados que eligen quienes son parte de esa nación de ateos, rebeldes, agnósticos, y liberales morales. Si el pueblo de Dios que pertenece a un país, se arrepiente, Dios lo perdona y bendice sus vidas, pero nunca por el arrepentimiento de su pueblo quitará la disciplina de los que continúan en pecados. Dios ofrecer perdón y como resultado del arrepentimiento de los cristianos, no bendecirá a los que eligen, siguen eligiendo y siguen fomentando y siguen disfrutando del pecado y viviendo como anti cristianos.

4. Elijamos todos una actitud bíblica. Nuestro deber es actuar bíblicamente en toda circunstancia. La actuación bíblica demanda que aprendamos a vivir con nuestras diferencias y que mantengamos una actitud de respeto. Nunca debemos realizar ataques personales ni denigrar a ninguna personas por tener opiniones distintas. Nuestro deber es hacer lo que la Palabra de Dios nos ordena y en ella se nos advierte “Mirad pues con diligencia como andéis, no como necios, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo porque los días son malos. Por lo tanto, no seáis insensato, sino entendidos de la voluntad de Dios.” Y los días son realmente malos. Y no debemos actuar como necios que siguen sus ideas, pasiones, gustos y emociones, en vez de entender la voluntad de Dios y practicarla.
Es momento de que todos nos hagamos una análisis, una seria evaluación para determinar si somos ganadores o perdedores juzgados en base a principios y valores. Evaluar si hemos cambiado todo nuestro sistema de pensamiento o mantenemos filosofías o rasgos de ideologías políticas que son contrarias al cristianismo. Evaluemos si hemos discutido basados en principios bíblicos o ideas personales y si nuestras opiniones son basadas en nuestros gustos y posiciones, o en principios bíblicos y convicciones. Elijamos la actitud positiva que nos mueve a aprender, no ha discutir, y a mantener posiciones que aunque no podemos fundamentar en principios bíblicos, insistimos en buscar explicaciones y justificaciones. Por ejemplo: Nadie puede asegurar con apoyo bíblico que tiene fundamento para apoyar a un medico abortista, a una prostituta en su profesión, o a un homosexual en su deseo de formar un matrimonio con otro hombre. Nadie puede decir que tiene apoyo bíblico para votar a favor de quienes tienen programas de gobierno que legitimaran estilos de vida condenados por la Palabra. Pero las personas que reaccionan basados en sus ideas y emociones, si pueden atacar diciendo que yo no vivo en Chile, que según ellos me divorcié y no vivo con mi esposa, aunque sea una mentira, esa no es una discusión bíblica, sino una pelea de niños. Atacar diciendo que la otra candidata es hija de un general derechista y golpista, aunque la otra candidata sea hija de otro general que apoyaba al socialismo. Esas personas si pueden atacar diciendo que quienes estaban en contra de la señora Bachelet estaban a favor de la Sra. Matthei y que ella solo dice ser cristiana, aunque tenga algunos principios morales cristianos. Ellos pueden atacar diciendo que ella se reunía con evangélicos o hacia declaraciones para buscar votos. Pero las mismas personas si creen que es correcto apoyar a una candidata que se también se reúne con pastores y asiste a iglesias, también solo para buscar votos y peor aun, para buscar apoyo para seguir con su agenda humanista. Una candidata no recibe apoyo y recibe ataques porque es religiosa y tiene algo de moralidad bíblica, pero la otra recibe apoyo aunque es atea y no tiene ni gota de moralidad bíblica. Esas inconsistencias son ataques, no una discusión de principios y eso nunca debe volver a repetirse. Los principios nos indican algunas verdades. Las dos buscan votos, y todo político lo hace. Ambas, independientemente de sus familias y su trasfondo, ambas son pecadoras que no viven la vida cristiana bíblica. Los principios nos obliga a decir que una viene de un trasfondo socialista ateo y la otra de un trasfondo religioso. Podemos decir que ambas tienen virtudes y defectos y que ninguna cree todo lo que nosotros creemos. Pero también por principios podemos decir que el programa de gobierno de una incluye aspectos de moralidad que la Biblia rechaza y la otra apoya aspectos de moralidad que la Biblia apoya. Nuestro deber es discutir basados en principios y no en ideas, sobre los programas y sus fundamentos morales y no las opiniones, pensamientos o gustos personales.
La actitud bíblica demanda:
Orar por nuestras autoridades. 1 Timoteo 2:2 nos ordena que oremos por las autoridades para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Eso significa que debemos orar para que sus decisiones tengan base moral que no afecte nuestra quietud ni nuestra piedad. ¿Cómo podemos votar por quienes en su programa de gobierno ofrecen ir en contra la piedad? Bueno, ahora, los que votaron o no votaron por ese programa de gobierno que atacará nuestra moral, debemos orar para que no cumplan sus planes de legalizar estilos de vida contrarios a la moralidad bíblica. No debemos orar para que les vaya bien, porque sus planes son malos. Ahora, debemos orar para que vivamos quieta y reposadamente, pese a que algunos cristianos les dieron el poder para que vivamos lo contrario. Nuestro deber es orar para que se haga la voluntad de Dios, no la voluntad de quienes tienen programa de gobierno para promover conductas y estilos contra la voluntad de Dios.
Elegir una actitud de humildad y sometimiento a Dios y un rechazo a actuar o reaccionar basados en pasiones y asociarnos con el mundo y sus planes. Santiago 4 nos pregunta : ¿De donde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Mi paráfrasis sobre este pasaje seria: ¿Saben por que tienen pleitos y discusiones y ataques entre vosotros? Solo porque en vez de definir su posición bíblica, prefiere reaccionar basado en sus pasiones.
No permita que le dominen sus pasiones. No ataque ni se resienta, no se amargue, ni insulte.
Luego Santiago nos ordena algo serio en el versículo 4 al decir: “¡Oh almas adulteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios.”
La orden es clara. Ya se asoció con el mundo y sus planes, con los agnósticos y enemigos de Dios y sus planes, ahora no se siga asociando con el mundo y sus ideas. No se asocie con personas o partidos políticos que son enemigos de Dios. Asociarse con quienes tienen planes de exterminar la moralidad cristiana, es asociarse con el enemigo y convertirse en un adultero espiritual. Debemos humillarnos y asociarnos con Dios y sus principios y nos daremos cuenta que todas las ofertas seductoras del mundo anti Dios son solo eso, estrategias para engañar aun a los que están a favor de Dios.
Mi paráfrasis del versículo 4 es esta: “Ustedes no aman a Dios, ni lo obedecen, están en adulterio espiritual pues se unieron a ideas paganas anti Dios. ¿Ustedes no han entendido que hacerse amigo del mundo, que unirse para gobernar con quienes tienen planes de gobierno anti moral divina es volverse enemigo del Dios que le ordena que vivan y luchen por esa moralidad? ¡Entiendan bien! Los que aman lo malo, las propuestas anti Dios y anti moralidad divina del mundo, en la practica se vuelven enemigos de Dios.”
Respete a las autoridades, ore por ellas para que abandonen su enemistad contra Dios, y reciban la salvación y así podamos vivir en quietud y paz, y nunca se asocien con el mal aunque el mundo le ofrezca recompensas y amistad.

Elegir una actitud de fe. A pesar de que con autoridades anti Dios y anti moralidad bíblica, a nuestro país no puede esperarle un mejor futuro moral, Dios nunca nos dejará solos, aun a pesar de quienes se han asociado con ateos y paganos. Aun en la historia, cuando parte del pueblo de Dios se rebelaba y se asociaba con los enemigos de la fe, aunque Dios actúo con justicia y disciplinó a todos los que tenían alianzas divididas, también los perdonó y tuvo misericordia. Cuando a pesar de sus pecados, el pueblo se humilló, Dios les perdonó. No siempre eliminó las consecuencias de la desobediencia, pero siempre les ofreció su perdón.
Dios tiene planes de bien para su pueblo, aunque tiene disciplina para los desobedientes, y a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan para bien. Algunos tendrán que arrepentirse, otros cambiar su estilo de vida, otros cambiar sus filosofías de pensamiento que van en contra de la fe y Dios siempre tendrá misericordia. Algunos nunca saldrán de su mediocridad y pobreza, otros nunca dejaran de ser niños espirituales, pero Dios siempre perdona y siempre ofrece una oportunidad de madurar. Tengamos fe que Dios sabrá como lidiar con quienes eligen alianzas divididas. El supo como lidiar con los israelitas que pese al poder que les guiaba, para buscar su bienestar, elegían mirar a Egipto y las comidas especiales en medio de la esclavitud, que según ellos tenían. El también sabe como lidiar con quienes anhelan los bienes económicos o conquistas que le pueden brindar los pagamos, aunque para conseguirlos, tengan que ignorar sus valores morales cristianos.
Elegir una actitud de amor. Romanos 12: 9,10 y 17-19 dice: “El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo y seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.”
No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. 18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. 19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: «Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.»
Estas no son lecturas para ser memorizadas, son ordenes que deben ser cumplidas. Debemos demostrar nuestro amor para que el mundo crea. ¿Cómo pueden creer en un evangelio que ni siquiera tiene el poder de que nos respetemos entre los mismos creyentes? No son malas las diferencias, las discusiones respetuosas, pero si los ataques personales, las descalificaciones, la ira sin control y las opiniones hirientes, en vez de las posiciones sabias basadas en principios.
Es cierto y la Biblia es real al ordenar: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.” A veces no es posible tener paz con quienes eligen atacar, en vez de hacer conocer sus principios con respeto. No puedo estar en paz con pastores que mintieron o dieron información no confirmada de que estoy viviendo con otra mujer que no es mi esposa. Ellos deben arrepentirse pues no actúan como siervos humildes de Dios que siembran la paz, sino como personas engañadoras que siembran discordia.
No es malo decir la verdad en amor. No es altivez luchar por un principio bíblico, no es ser sabios en su propia opinión entregar verdades con respaldo de principios bíblicos bien interpretados y no en ideas bíblicas personales. No debemos cansarnos de decir la verdad, recuerde que el amor incluye justicia. Debemos actuar con justicia y luchar apoyar la justicia. Debemos ser justos con los empleados que trabajan en nuestras empresas y con los patrones que nos dan trabajo. Debemos ser justos con los niños que nacieron y entender que no debemos apoyar el maltrato, y debemos ser justos con los niños no nacidos y entender que no debemos apoyar el asesinato ni a quienes lo promueven. Actuar con justicia es decir que son cristianos todos los que tienen a Cristo como su único salvador y que son inmaduros quienes por interés o seguir sus gustos, pasiones, pensamientos, filosofías o emociones se casan con quienes no son cristianos, se ponen de novios con una linda chica, pero no cristiana; y quienes se asocian para gobernar con quienes hacen grandes ofertas secundarias, pero tienen planes de gobierno para instalar su moralidad anti-bíblica.
No actuamos con amor cuando a pesar de decir la verdad, la decimos con ataques personales o palabras destructivas. No actuamos en amor cuando queremos atacar un principio y por no tener conocimiento ni oportunidad bíblica de refutarlo, preferimos la calumnia, los insultos, las descalificaciones, las calumnias, las ofensas, las mentiras, y los ataques personales.
Actuamos con amor a Dios y su Palabra cuando amamos cantar, amamos adorar, amamos ayunar, amamos servir, amamos la Biblia, amamos los principios, amamos vivirlos y amamos defenderlos, amamos decir la verdad bíblica, amamos decirla con palabras respetuosas y cuando amamos defender las verdades de la palabra inerrante aun a costa de nuestra vida.
En esta elección, ante el Juez que juzga basado en principios, ante el Juez que evalúa si aplicamos la verdad bíblica en nuestras acciones, ante el Juez que nos exige vivir y defender la fe bíblica, ante el Juez que me ordena que no me asocie con los ateos, agnósticos y morales liberales de este mundo para apoyar sus agendas anti moralidad bíblica, ¡Yo gane! No se usted. Yo estoy celebrando mi victoria. Vencí mi naturaleza pecaminosa que mueve a las personas a elegir y apoyar estilos de vida bíblicamente inmorales. Yo celebro la victoria pues vencí mi deseo de pagar mal por mal a quienes hicieron mal. Yo estoy celebrando mi victoria al no asociarme con las filosofías humanistas y paganas. Yo estoy celebrando mi victoria pues en vez de discutir, atacar, maltratar, insultar, y en vez de dar solo opiniones, entregue principios bíblicos para guiar bíblicamente a quienes Dios me ha llamado a instruir sabiamente. Yo estoy celebrando mi victoria. Vencí mi comodidad, vencí mi “que me importismo” vencí mi deseo de solo opinar ideas, vencí mi temor de abrir surcos para discutir bíblicamente, y logre mi cometido y pude cumplir mi llamamiento. Con la guía del Espíritu Santo y la extraordinaria revelación bíblica, yo vencí y celebro mi victoria. Mi celebración no es compartida por abortistas, promotores de casamiento homosexual, ni fabricantes y consumidores de la píldora del día después. Ellos, juntos a quienes los apoyaron con sus votos están celebrando su victoria. La victoria del plan de gobierno ateo, liberal moral, agnóstico, que odia los principios extraordinarios de la maravillosa Palabra de Dios. El mundo ganó pues su agenda sigue adelante, pero nuestro Dios que ama la santidad y aborrece y disciplina el pecado, NUNCA PIERDE.
Alguien satíricamente me escribió; ‘Y ahora, que dice pues, de que sirvió todo lo que escribió si ni sus propios evangélicos le creyeron. Usted ganó por sus escritos, pero perdió en las urnas. Mi respuesta fue sencilla. Tienes razón, perdí en la urnas de los votos humanos que apoyaron la moralidad no bíblica, pero gané en las cortes divinas que juzgan la moralidad en base a la Biblia y su verdad. Frente al mundo y su filosofía, perdimos todos los que amamos la moralidad bíblica, frente a Dios y su verdad, ganamos todos los que la defendimos. ¡YO GANE! ¿Y USTED?

Fuente: Facebook Dr. Hormachea

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Alejandro Villegas
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